Nora y Borja emprendieron la reforma de su primera vivienda en el barrio de Sant Andreu, Barcelona, con el objetivo de transformar su recién adquirido piso en un espacio que combinara modernidad, funcionalidad y calidez, alineado con su estilo de vida. En tan solo cuatro meses, la vivienda se convirtió en el reflejo perfecto de sus aspiraciones.
Uno de los aspectos más destacados fue la integración de la cocina con el salón y el comedor, manteniendo la distribución original de un baño y tres habitaciones. En la cocina, la pieza central es una península que no solo resalta estéticamente, sino que también añade un guiño visual con un armario alto sin puerta, jugando con tonalidades de cachemira y roble orleans arena. En el baño, la incorporación de grifería empotrada permitió habilitar una hornacina práctica y elegante para organizar productos de aseo.
Se realizaron cambios significativos en la zona de día para potenciar la luz natural. El hueco de una antigua ventana se transformó en un gran ventanal que conecta con el balcón, llenando el espacio de una claridad excepcional. Este cambio, junto con la decisión de mantener y resaltar una viga de hormigón vista en la estancia principal, dio al conjunto una personalidad única y un carácter distintivo.
La idea de diseño se centró en materializar el sueño de los clientes, asegurando un proceso fluido y transparente, con una comunicación constante. El resultado es un hogar amplio, luminoso y acogedor, donde cada detalle refleja la esencia de Nora y Borja. Sin duda, un espacio que los acompañará en esta nueva etapa de sus vidas.
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