Gemma y Marc decidieron reformar por completo este bonito piso en Aldaia con el objetivo de modernizarlo y adaptarlo a sus necesidades actuales. Desde el inicio, uno de los principales retos del proyecto fue mejorar la distribución original, que contaba con estancias completamente separadas: salón, comedor, cocina, dos dormitorios y un único baño. El deseo de los propietarios era claro: conseguir una zona de día más amplia, luminosa y conectada, manteniendo al mismo tiempo los dos dormitorios existentes.
La reforma se centró en reorganizar la vivienda para lograr un espacio más funcional y abierto. Se diseñó una nueva distribución en la que la cocina queda conectada visualmente con el salón-comedor a través de una puerta corredera de vidrio con estructura metálica lacada en blanco. Esta solución permite independizar los ambientes cuando se desea, pero favorece la entrada de luz y mantiene una continuidad visual que amplía la percepción del espacio. El cerramiento de la galería, resuelto con el mínimo número de divisiones posibles, ayudó además a maximizar la entrada de luz natural tanto en la cocina como en el despacho.
La cocina se planteó con dos líneas de mobiliario paralelas que optimizan al máximo el almacenamiento. Para evitar que el espacio se percibiera estrecho, se eligieron puertas laminadas en un elegante tono beige que aportan ligereza visual y calidez. La bancada y el aplacado, realizados en porcelánico de inspiración mármol calacatta, completan un conjunto funcional y estético. En el baño, se optó por una combinación equilibrada de materiales: un porcelánico inspirado en el granito, que aporta textura y presencia, junto a una pintura blanca que potencia la luminosidad. Un detalle práctico y elegante es la hornacina con balda en la zona de ducha, que actúa como solución de almacenamiento integrada.
Para aportar uniformidad y confort, se instaló un suelo laminado con acabado roble en toda la vivienda, salvo en el baño, donde se mantuvieron materiales cerámicos. Todas las paredes fueron alisadas eliminando el gotelé, lo que contribuyó a reforzar la estética limpia y contemporánea del conjunto. La iluminación, pensada para acompañar la arquitectura interior sin imponerse, se resolvió con luminarias empotrables que garantizan una atmósfera serena y funcional. En cuanto a climatización, se incorporó un sistema tipo split en la zona del salón-comedor, asegurando el confort térmico en el corazón de la vivienda.
El proyecto ha conseguido transformar un piso compartimentado y con escasa luz en una vivienda moderna y equilibrada, donde el diseño nórdico se combina con soluciones funcionales para dar respuesta a las necesidades de hoy. La redistribución inteligente de los espacios, el aprovechamiento de la luz natural y la selección de materiales cálidos y texturizados han permitido que Gemma y Marc disfruten de un hogar que transmite amplitud, serenidad y confort en cada rincón.
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