Astrid confió en nosotros para llevar a cabo una reforma de puesta a punto de esta vivienda situada en Ciutat Vella, en Valencia, pensada como segunda residencia. El objetivo principal del proyecto fue actualizar el espacio y mejorar el confort sin alterar la esencia clásica que define la vivienda, poniendo en valor sus elementos originales y combinándolos con una intervención contemporánea sutil y elegante.
La distribución general de la vivienda se mantuvo prácticamente intacta, respetando su organización original. La principal modificación se realizó en el dormitorio principal, donde anteriormente existían dos baños y dos vestidores, que se reorganizaron para dar lugar a un único baño y un vestidor más amplio y funcional. Esta decisión permitió optimizar el espacio sin alterar el carácter de la vivienda.
Desde el inicio, una de las prioridades fue recuperar la sensación de altura en los techos y conservar aquellos elementos que aportan identidad al inmueble. Se mantuvieron las molduras originales, las puertas y las ventanas de madera con travesaños, así como la chimenea, que continúa siendo un punto focal cargado de carácter y memoria. El pavimento de madera natural en palillería, colocado en espiga con pieza pequeña, se conservó y se trabajó para aclarar su tono y lograr un acabado mate, reforzando la luminosidad y la elegancia del conjunto.
La cocina se planteó como un espacio contemporáneo claramente diferenciado, organizado en dos áreas muy definidas: una zona de trabajo con encimera y una zona de almacenamiento mediante columnas. El diseño apuesta por tonos térreos y una estética sofisticada, con una encimera de porcelánico que imita el mármol natural en matices inspirados en el cacao y el café, logrando un equilibrio entre modernidad y calidez que dialoga con el resto de la vivienda.
En los baños se buscó continuidad visual y espacial mediante duchas de obra en ambos espacios. En el baño principal se incorporó una estantería de obra que aporta funcionalidad y carácter, mientras que los detalles en acabado oro introducen un punto de elegancia que refuerza el estilo clásico contemporáneo del proyecto.
La iluminación se concibió de forma intencionada para no competir con la arquitectura. La luz de techo pasa a un segundo plano, dejando que sean las lámparas de pie y de mesa las protagonistas, creando una atmósfera más acogedora y doméstica, en línea con el carácter clásico del inmueble. Este planteamiento potencia la calidez de los materiales y refuerza la personalidad del espacio.
La vivienda se dotó de un nuevo sistema de climatización por conductos con Airzone, permitiendo sectorizar la zona de día y las tres habitaciones para un mayor control del confort térmico.
El resultado es una vivienda que conserva intacta su esencia histórica, pero que se adapta a las necesidades actuales con una intervención respetuosa y precisa. La reforma logra realzar los valores originales del inmueble —madera, molduras, proporciones y luz— incorporando pinceladas contemporáneas que aportan equilibrio, serenidad y elegancia a esta segunda residencia en el corazón de Valencia.
Suscríbete a nuestra newsletter para estar al día de subvenciones, ventajas y actualizaciones de nuestras guías.