Si estás pensando en darle un aire diferente a tu vivienda en el apartado decorativo, has llegado al sitio oportuno. Te vamos a mostrar algunos consejos sobre decoración para tu salón de estilo nórdico. Esta tendencia gana presencia en el mundo del diseño y se consolida como un estilo muy demandado. La sencillez combinada con la calidez que le caracterizan atrae a jóvenes y adultos. Es un estilo que ha creado tendencia y por ello también preparamos una guía sobre baños de estilo nórdico y cocinas de estilo nórdico, ya que nos gusta aplicarlo a cualquier estancia de nuestros hogares.
¿Qué caracteriza a la decoración de salones de estilo nórdico?
Ya hemos mencionado dos apartados clave en la decoración nórdica del salón, aunque también es extensible a otras estancias de la vivienda, y son la sencillez y la calidez. A estas se suman aspectos como la funcionalidad y el uso de tejidos naturales.
El estilo nórdico o escandinavo añade también versatilidad, pues se puede mezclar con otras tendencias como elementos industriales y objetos de decoración más propios de ambientes rústicos o el estilo oriental. De hecho, cuando se fusionan el estilo nórdico y el japonés acaba apareciendo el estilo japandi, que mezcla el zen oriental con la iluminación escandinava
Sea como fuere, en los salones nórdicos abundan los fondos blancos y los colores claros. Te mostramos algunas ideas para conseguir una lograda decoración en el salón con estilo nórdico.
Sencillez sin llegar al minimalismo
Si deseas que tu salón se aproxime al estilo nórdico, simplifica los objetos decorativos, pero sin llegar al minimalismo. Sigue esa norma del menos es más, pero intenta que no sean espacios vacíos. Los ambientes nórdicos se decoran con sencillez, reducida cantidad de objetos ornamentales y con predominio de las líneas rectas.
La meta a alcanzar es que sean espacios armónicos y homogéneos, pero no por ello hay que renunciar a algún elemento diferencial que destaque y sirva como contraste visual.
Dominio absoluto del blanco completado con tonos neutros
En general, en los salones nórdicos predominan los tonos neutros y claros, pero el blanco es el que se lleva la palma. Esto es así porque en los países escandinavos, el número de horas de sol es más reducido que en ambientes mediterráneos y lo que se busca es que los espacios interiores tengan sensación de luminosidad.
En ambientes mediterráneos también es muy popular esta práctica, pero por razones distintas, y es para reflejar esa luz solar y que no se acumule mucha temperatura. De este modo, el estilo escandinavo de decoración apuesta por paredes y muebles en tonos claros, pero pueden combinarse con piezas en madera o metal de otros colores.
Colores suaves junto al blanco
Junto al blanco, que es el gran protagonista, también tienen cabida otras opciones, siempre que estas sean de carácter neutro, muy suaves. El gris, cuando no es muy oscuro, es otro básico en el estilo nórdico. Igualmente se puede hacer uso de tonos tierra que están muy ligados a la naturaleza.
Junto a todo esto se pueden añadir algunos detalles de intensidad en los textiles, con cojines en amarillo, en verde, o bien continuar con los tonos pastel, pero ejerciendo algún punto de contraste, para que la decoración no sea tan homogénea que lleve al hastío.
Para terminar con colores y tonalidades, algunos puntos en concreto en negro ayudan a darle más vida a la estancia. Se puede usar en complementos, en muebles auxiliares, con los estampados geométricos de los textiles o con algunos elementos de iluminación, como lámparas metálicas colgantes y de sobremesa.
Espacios despejados, luminosidad y amplitud
Esta tendencia decorativa no solo valora la luminosidad, también la amplitud. Los muebles deben ser de pequeño tamaño, funcionales, versátiles y sin mucha altura, para que todo se vea más grande. Además, las piezas no van unidas entre sí para que haya superficie de paso.
Es muy importante respetar los centímetros vacíos y los huecos. Esta práctica tiene como objetivo hacer que el salón resulte confortable, ordenado, tranquilo, en definitiva; pero insistimos, nunca vacío de elementos. La fórmula es incidir en dinámicas minimalistas, pero asegurando suficiente grado de calidez visual.
La madera, la fibra y la presencia de naturaleza
La madera es un material muy habitual para la decoración de un salón de estilo nórdico. Y siempre que sea posible es preferible que los muebles tengan las patas a la vista. Sillas, taburetes, mesas, butacas… todos estos elementos con patas inclinadas son muy populares en los ambientes escandinavos interiores.
Junto a esto, las fibras: mimbre, cáñamo, yute… Complementos a partir de estos materiales, véase una lámpara con pantalla de fibra, una alfombra o algún mueble auxiliar, anuncian la llegada de otros elementos naturales.
Porque sí, el último punto a destacar es el de la presencia de la naturaleza. Es muy frecuente en salones nórdicos incluir plantas que dan un toque de color a la decoración, además de frescura. Si en esas latitudes se pasa mucho tiempo en casa, introducir un elemento natural es como traer el exterior al salón.
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