Te contamos todo lo que tienes que tener en cuenta a la hora de reforzar la estructura de una casa.
Casi siempre, realizar una reforma va a implicar algunos dolores de cabeza, pero cuando hablamos de reforzar la estructura de una casa, pasamos a palabras mayores, ya que por una parte hablamos de un proceso de mayor envergadura en comparación con las pequeñas reformas, y por otro, se trata de algo mucho más delicado y que es importante que quede bien desde el primer momento.
Cuándo debo reforzar la estructura de mi vivienda
Cabe destacar que no todas las casas son iguales, y sobre todo encontramos diferentes opciones en relación con los materiales utilizados (hormigón armado o madera), o incluso a la distribución y forma de la estructura (muros de carga, estructura de hormigón armado, entre otros).
Entonces, lo que implica reforzar la estructura de una vivienda es la actuación, por diferentes medios, en cada uno de los elementos estructurales que se encuentren dañados y que estén dejando o hayan dejado de cumplir su función. El refuerzo conllevará un aumento del rendimiento en relación con las cargas existente y por tanto la estructura pasará a soportar más peso.
Es muy importante recordar que la estructura de una edificación es el elemento sobre el que se sustenta la misma, lo que significa que si se produce algún daño en ella, tenemos que actuar rápidamente por dos razones: para evitar que el deterioro continúe y aumente su gravedad y para prevenir derrumbamientos y accidentes.
Este refuerzo lo contemplaremos en todo caso si se cumple uno o varios de los problemas siguientes:
– Se haya producido una catástrofe (natural o no) que haya afectado a la funcionalidad o disposición de la estructura.
– Existan ciertas patologías que hayan podido afectar al hormigón (sobrecargas en el uso, defectos de fabricación o el uso de materiales de baja calidad).
– La presencia de patologías en la estructura metálica (sobrecargas, fatiga, contacto directo con humedad que haya producido deterioro…).
– Errores en el cálculo de carga del edificio o modificación del uso.
– Errores en la elección del terreno: que la vivienda no haya contado previamente con un estudio geotécnico que determine la naturaleza del terreno, la presencia de huecos y de agua.
– La construcción de edificios colindantes. Las vibraciones de la maquinaria y la excavación del terreno pueden producir una descompresión de la vivienda y por tanto un asiento o movimiento.
Recordad que el hormigón armado, aunque es la opción más interesante a la hora de realizar una construcción, también cuenta con una serie de limitaciones a tener en cuenta. Por ello, el uso inadecuado por parte de los propietarios, aplicando sobrecargas en zonas que no están dimensionadas para ello, o por supuesto, problemas en el hormigón o daño en la estructura metálica del mismo, van a mermar de forma considerable la función de todo el conjunto, forzando así la rápida reparación.
Cuáles son los elementos que puedo arreglar de la estructura
La estructura de cualquier edificación está compuesta por diferentes elementos, ya sea losa de hormigón o zapatas, zunchos, jácenas, pilares, forjado y por supuesto tejados y cubiertas.
En este sentido, el objetivo de este tipo de reforma es actuar ante cualquiera de estos elementos que se hayan podido ver afectados ya sea por una catástrofe, por un infortunio, o incluso por problemas naturales que se producen con el paso de los años y patologías que puedan afectar tanto al hormigón como a las estructuras metálicas.
Encuentra las soluciones para rehabilitar tu casa
A la hora de realizar la reparación de forjados, o por supuesto también la reparación de cubiertas y tejados, es importante en primer lugar hacer un estudio previo que permita conocer el alcance del problema y, de este modo, estudiar cuál es de todas las posibles soluciones, la más apropiada para nuestro caso en particular.
De esta manera, por norma general se va a proceder con tres soluciones principales que serán:
1. Realizar un pretensado de la estructura: en muchos casos, la realización de un pretensado es suficiente. Este se hace a través de la instalación de elementos que corrigen las tensiones que se distribuyen a través de la estructura. Este proceso nos permitirá aumentar su capacidad y resistencia. Su uso es común porque es una solución económica y efectiva para corregir defectos estructurales, así como grietas en vigas y losas.
2. Incorporar refuerzos: en ocasiones, la mejor forma de solventar el problema es mediante la incorporación de refuerzos en la estructura. Se incorporarán diferentes refuerzos en aquellos lugares en los que sea necesario, aumentando la capacidad portante y la resistencia a las fuerzas que recibe la estructura. Generalmente se utilizan tejidos como fibras de carbono o Kevlar, resinas, etc.
3. Instalar pilotes y micropilotes u otros sistemas de hormigón: en el caso de que el problema estructural sea considerable y provenga desde la base de la edificación, bien porque tiene una capacidad portante insuficiente y/o el terreno más resistente está situado a una profundidad importante, se procede a la realización de micropilotes que se encargarán de corregir las cargas y establecer la resistencia necesaria.
Todo proceso que conlleve reforzar la estructura de una vivienda, tiene como objetivo evitar su derrumbe y construcción posterior, con lo cual ahorramos mucho dinero, tiempo y esfuerzo.
Como puedes observar, hablamos de un proceso que requiere un control constante para garantizar la seguridad y terminaciones, de manera que lo mejor en estos casos es realizarlo a través de una empresa que nos garantice experiencia y profesionalidad, y por supuesto, en Cubicup contamos con los mejores profesionales que te ayudarán en todo lo necesario para conseguir que tu proyecto se haga realidad con todas las garantías que necesitas.